miércoles, 12 de agosto de 2015

Big Data

Big Data: Una revolución que transforma cómo vivimos, trabajamos y pensamos.



La concentración masiva de datos hizo imprescindible encontrar maneras eficientes para manipular grandes cantidades de información. Aquí la importancia del Big Data, cuyo término se refiere al almacenamiento, captura, búsqueda y análisis de datos masivos.
El crecimiento exponencial de los datos vienen de diferentes fuentes: vídeos, imágenes, redes sociales, transacciones de comercio electrónico, búsquedas en internet, comunicaciones 3G, 4G y GPS, y sensores del internet de las cosas, por mencionar algunos ejemplos. Estos datos ya son big data.
Analizar un gran conjunto de datos y relacionarlos entre sí, es una metodología mucho más eficaz que analizar por separado solo un pequeño conjunto. De esta manera se pueden detectar tendencias en los mercados, predecir futuras demandas de un producto, mejorar las prestaciones que ofrecen las empresas a sus usuarios , determinar la calidad de una investigación, entender estructuras que ayuden a la prevención de enfermedades, a combatir el delito y/o determinar las condiciones de tráfico de una carretera en tiempo real, entre otras cosas. 
Pero ¿qué pueden hacer los grandes volúmenes de datos por un líder de negocios que intenta vender un producto o motivar a un equipo?
El Big Data muestra cómo la gente usaría tu producto de una forma que no habías considerado, proporciona excelente visión de cómo se puede mojorar el software del producto, cominicarse con el cliente y crear lealtad.
La tecnología del Big Data permite extraer información de valor que les permite a las empresas optomizar su información y sus resultados. 

viernes, 7 de agosto de 2015

Internet de las cosas.

El futuro tiene un nombre, el llamado internet de las cosas, que es una traducción literal de The internet of things.


Pero, ¿qué es exactamente el Internet de las cosas? Básicamente se refiere a que todas las cosas estén conectadas a internet. Hoy día tenemos smarthphones, tabletas, ordenadores, dispositivos multimedia, entre muchos más, pero el internet de las cosas va mucho más allá. 
Hoy, sólo el 1% de los objetos del mundo está conectado. Básicamente le hiperconexión consiste en que cada dispositivo que exista a nuestro alrededor vaya dotado de una dirección de internet, y por tanto, capacidad para comunicarse con otros objetos.
Esa comunicación se hará por muchos medios: WiFi, WiMax, RFID, 3G, LTE, Bluetooth, NFC, entre otros; no solo se habla de dispositivos que hoy ya tienen electrónica, como puede ser una lavadora o un refrigerador, sino de otros que no la tiene como un interruptor, un termostato, un foco, e incluso dispositivos mecánicos. 
El desarrollo del internet de las cosas implica que cada vez más las conexiones a internet serán entre máquinas, y no entre personas que se mandan un correo electrónico o mensajería instantánea, y que hará posible que miles de millones de sensores y chips comuniquen los datos que registran, ayudando quizá a regular el tráfico de las ciudades, a medir el comsumo de energía del alumbrado público. 
Para hacer esto posible, el número de aparatos conectados se multiplicará; en 2020, habrá 4,500 millones de internautas, mientras que el número de conexiones ascenderá a 50,000 millones, y cada vez que se conecta un nuevo objeto, como un televisor, un coche o un dispositivo médico, el total de conexiones potenciales se incrementa en otros 50,000 millones, ya que cada objeto puede conectarse e interactuar con el resto. 
Tanto a nivel doméstico como a nivel profesional, el internet de las cosas podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos hoy. 
Con la ventaja de que los dispositivos pueden ser desde módulos de ubicación vehicular, terminales de punto de venta, dispositivos de entretenimiento, equipos de medición o de control, etiquetas electrónicas inteligentes, microprocesadores presentes en los objetos del hogar, automóvil u oficina, hasta computadoras personales o complejos servidores en un centro de procesamiento de datos.

jueves, 30 de julio de 2015

Te recomendamos algunas tecnologías básicas para mejorar tu PyME



Actualmente es imposible visualizar el trabajo cotidiano de una empresa sin el apoyo de dispositivos electrónicos. Compartimos aquí algunas tecnologías que ayudarán a agilizar las labores de los equipos de trabajo:

1. Dispositivos móviles. Una encuesta a empleados de PyMES mostró que las laptops (80%), los teléfonos inteligentes (81%) y las tabletas (57%) son los dispositivos móviles más usados para trabajar fuera de la oficina. Considera su valor para mejorar la productividad de tus recursos.

2. Conexión de Wi-Fi rápida. Una conexión rápida y confiable es indispensable para mantener varios dispositivos inalámbricos trabajando en internet y transferir información en menos tiempo.

3. Banda de conexión a Internet robusta. Hoy en día es crucial para mantener las operaciones básicas de un negocio sin fallas, como recibir correos electrónicos, establecer chat o videoconferencias con clientes, e incluso dar soporte a las aplicaciones empresariales online que maneje. No hay que escatimar en la robustez de las conexiones a internet.

4. Escalar la memoria RAM. El trabajo se realiza directamente en las computadoras (desktop y laptop) y éstas también requieren suficiente soporte y memoria. Esto agilizará las labores cotidianas y favorecerá la interconexión con otras soluciones tecnológicas de los negocio.

5. Docking stations. Este accesorio permite convertir las laptops en computadoras de escritorio. Está pensado para permanecer en el escritorio junto con el resto de periféricos que normalmente acompañan a una CPU de mesa, para ofrecer una rápida y permanente conexión con ciertos dispositivos como pantalla, mouse, teclado, cable de alimentación, etc.

6. Soluciones de Cloud Computing. La facilidad de acceder a soluciones empresariales a través de la nube está brindando nuevas oportunidades a las empresas para optimizar el tiempo del personal y gestionar los recursos del negocio.

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lunes, 20 de julio de 2015

Inteligencia Artificial en los videojuegos


                   



La inteligencia artificial (IA) es un área multidisciplinaria, que a través de ciencias como las ciencias de la computación, la matemática, la lógica y la filosofía, estudia la creación y diseño de sistemas capaces de resolver problemas cotidianos por sí mismas utilizando como paradigma la inteligencia humana. 

En los videojuegos, la inteligencia artificial  se refiere a las técnicas utilizadas para producir la ilusión de inteligencia en el comportamiento de los personajes no jugables (PNJ). Es un agente electrónico que puede pensar, evaluar y actuar en ciertos principios de la optimización y la coherencia para cumplir con una meta o propósito.  

Como la IA se centra en el aspecto de la inteligencia y una buena jugabilidad, su enfoque es muy diferente a la de la IA tradicional. Soluciones alternativas y trucos son aceptables y, en muchos casos, las habilidades bajan de nivel para dar a los jugadores humanos un sentido de justicia. Esto, por ejemplo, es cierto en los videojuegos de acción en primera persona, donde la puntería perfecta estaría más allá de la habilidad humana.

 La IA se utiliza en una amplia variedad de campos dentro de un juego. La más evidente es en el control de los PNJ en el juego, aunque las secuencias de comandos es actualmente el medio más común de control. La búsqueda de ruta es otro de uso común para la IA, ampliamente visto en los juegos de estrategia en tiempo real.